Verduras hervidas
Entró el moreno dando tumbos a la habitación y entró a gritarle una canción a la mujer que estaba acostada en un colchón en el suelo, tapada por una sabana. A un costado había una mesada con unos repasadores y una cocina con una olla con verduras hervidas. El moreno metió la mano en la olla y sacó un choclo que entró a comer. Algunos granos quedaban deambulando en su labio inferior. La mujer en el colchón tenía miedo que podía pasar.
El moreno le decía "Tenés miedo eh, no tengas miedo mujer" y se pasaba la lengua por los dientes tratando de sacarse pedacitos de granos que le habían quedado ahí. "No te preocupes no te voy a hacer nada" y empezó a cantar más fuerte.
Balbuceaba, borracho, el moreno. "No entendés lo que canto eh. Canto contento". No hace tanto que canta contento. Hace un rato se agarró a las piñas con unos gurises, dos cuadras más abajo. Lo quieren matar los pibes esos, ya estan podridos de que venga el moreno en pedo y les encaje.
Entonces el moreno golpeó la mesada y con un manotazo tiró la olla con verduras hervidas. Calló la olla con mucho ruido y el piso de madera quedó en una zona lleno de agua, zanahorias, zapallos, repollo, algunas papas, choclos. La mujer estaba en silencio mirando al moreno.
El moreno se río frente a la situación, agarró una zanahoria larga del suelo, pero cuando la fue a morder se le partió en dos. Miró a la mujer y se fue el moreno.
Bajó dos pisos de escalera, y abrió el zaguan. Y lo estaban esperando los pibes que eran mas chicos que él de edad y de tamaño, eran como cinco, y lo cagaron a piñazos el moreno.
1 comentario:
no se si te diste cuenta que tenés cierta tendencia a incluir comidas en tus textos. comidas descritas bastante bien.
¿podríamos pensar un poco en eso no? quiza se haga un debate que derive en algo mágico, quien sabe.
Publicar un comentario