7.7.09

Verduras hervidas



Entró el moreno dando tumbos a la habitación y entró a gritarle una canción a la mujer que estaba acostada en un colchón en el suelo, tapada por una sabana. A un costado había una mesada con unos repasadores y una cocina con una olla con verduras hervidas. El moreno metió la mano en la olla y sacó un choclo que entró a comer. Algunos granos quedaban deambulando en su labio inferior. La mujer en el colchón tenía miedo que podía pasar.
El moreno le decía "Tenés miedo eh, no tengas miedo mujer" y se pasaba la lengua por los dientes tratando de sacarse pedacitos de granos que le habían quedado ahí. "No te preocupes no te voy a hacer nada" y empezó a cantar más fuerte.
Balbuceaba, borracho, el moreno. "No entendés lo que canto eh. Canto contento". No hace tanto que canta contento. Hace un rato se agarró a las piñas con unos gurises, dos cuadras más abajo. Lo quieren matar los pibes esos, ya estan podridos de que venga el moreno en pedo y les encaje.
Entonces el moreno golpeó la mesada y con un manotazo tiró la olla con verduras hervidas. Calló la olla con mucho ruido y el piso de madera quedó en una zona lleno de agua, zanahorias, zapallos, repollo, algunas papas, choclos. La mujer estaba en silencio mirando al moreno.
El moreno se río frente a la situación, agarró una zanahoria larga del suelo, pero cuando la fue a morder se le partió en dos. Miró a la mujer y se fue el moreno.
Bajó dos pisos de escalera, y abrió el zaguan. Y lo estaban esperando los pibes que eran mas chicos que él de edad y de tamaño, eran como cinco, y lo cagaron a piñazos el moreno.

1 comentario:

p dijo...

no se si te diste cuenta que tenés cierta tendencia a incluir comidas en tus textos. comidas descritas bastante bien.
¿podríamos pensar un poco en eso no? quiza se haga un debate que derive en algo mágico, quien sabe.